Ahora que por fin hace aparición el otoño, no sólo nominativamente en el calendario, si no también climatológicamente (el Verano Tardío se había puesto cómodo y campaba a sus anchas, con días más propios del verano que de mediados de octubre), apetece seguir hablando del elemento Metal. Empiezan las lluvias, las temperaturas han bajado y comienzan también a ser comunes los resfriados. Precisamente son los Pulmones el órgano asociado con el elemento Metal y con esta estación. En este artículo y los siguientes hablaremos pues del Pulmón: su anatomía y su funcionamiento, sus funciones según la Medicina Tradicional China, y aspectos del Shiatsu Zen.

Anatomía y fisiología – estructura y función

Hablar del pulmón es hablar del aparato respiratorio, del cual es el órgano más representativo. Los órganos respiratorios son la nariz, faringe, laringe, tráquea, bronquios y pulmones. La estructura del aparato respiratorio recuerda a un árbol (en posición invertida), donde el tronco  (vía respiratoria superior, desde la nariz a la tráquea) se ramifica, y las ramas más grandes (bronquios) se dividen en más pequeñas (bronquiolos), hasta llegar a las hojas (los alveolos, millones de saquitos de paredes muy finas).

Los pulmones son como unos grandes contenedores de alveolos microscópicos. El pulmón derecho tiene tres lóbulos mientras que el izquierdo tiene dos. La porción superior de cada pulmón, denominada ápex o vértice, es estrecha y llega hasta debajo de la clavícula. La porción inferior es más ancha y se apoya sobre el diafragma, que es el músculo principal motor de la respiración. Ambos pulmones están recubiertos por una membrana extensa, fina, húmeda y deslizante, la pleura, que los aisla de las demás vísceras, y además están protegidos dentro de la caja torácica por las costillas, esternón, columna vertebral y clavículas.

La respiración

La función principal de los pulmones es hacer el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, es decir, la respiración. Dentro de los pulmones, en los alveolos, la sangre y el aire se encuentran lo suficientemente juntos para que el oxígeno pase desde el aire a la sangre, mientras que el dióxido de carbono se desplaza de la sangre al aire.

A este proceso se le denomina respiración externa o ventilación pulmonar. La respiración interna es el intercambio de gases entre la sangre y las células, y la respiración celular el uso real del oxígeno por las células en los diferentes procesos metabólicos.

Respirar es un acto tan vital (de verdad, de vida o muerte), que no podemos estar más de unos pocos minutos sin hacerlo. Nos os preocuéis, trataremos a la respiración como se merece, dedicándole un artículo completo, con los tipos de respiración y cómo aprender a respirar bien.

Otras funciones no respiratorias

Además de la distribución de aire y del intercambio de gases, el aparato respiratorio filtra, calienta y humidifica el aire que respiramos, de manera que éste llegue en condiciones óptimas a los alveolos. Los pulmones se defienden de la contaminación del aire gracias a la mucosa que recubre las paredes de todo el aparato respiratorio.

Bibliografía:

• «Estructura y función del cuerpo humano» – Thibodeau y Patton (Elsevier)
• Wikipedia