Observa tus ideales y abandona las expectativas
Continúo con la lista de “12 herramientas imprescindibles para vivir conscientemente”, para hablar de dos de ellas: la que me había dejado antes de Navidad (“Observar los ideales”) y la siguiente de la lista (“Abandonar las expectativas”). Ambas son básicamente lo mismo, y aunque pueden observarse por separado (como hace Leo Babauta en su artículo original), aquí he decidido juntarlas.
Todos tenemos una imagen idealizada de la realidad, siempre. Pensamos que nuestro día será perfecto, que la gente será amable y respetuosa con nosotros, que seremos perfectos, que bordaremos el examen o esa reunión tan importante, que nunca vamos a fallar. Por supuesto, sabemos por experiencia que esos ideales no son de verdad, que no se harán realidad, que no son realistas. Pero aun así, los tenemos, y nos provocan estrés y miedo y sufrimiento por algo o alguien que hemos perdido. Dejando ir a nuestros ideales, también podemos soltar el sufrimiento.
“Watch your ideals – 12 herramientas indispensables para una vida consciente” de Leo Babauta – Zen Habits.
Es muy útil observar tus expectativas sobre una situación futura, sobre un nuevo proyecto o negocio, y ver que no son reales, y que te están causando estrés y decepción. Nos provocamos nosotros mismos dolor, y podemos aliviarlo simplemente abandonando las expectativas que lo están causando. Lanza tus expectativas al mar.
“Let Go of Expectations – 12 herramientas indispensables para una vida consciente” de Leo Babauta – Zen Habits.
El Zen enseña que el sufrimiento está causado por el apego al deseo. Repito. No es el deseo en sí, si no nuestro apego a él, lo que nos causa sufrimiento. ¿Qué significa esto? Que el sufrimiento es opcional.
Pero antes de saltar a la conclusión directamente, déjame hablar un poco más sobre los ideales, la exigencia, el miedo, (tres conceptos que están muy relacionados) y qué tienen que ver con el deseo.
Imagen: David Castillo / Freedigitalphotos.net
Todos tenemos en la cabeza una imagen de cómo queremos que sean las cosas. A veces porque nos han inculcado (la TV, la moda, la educación, la sociedad, Walt Disney y sus princesas…) que algo debe ser de tal manera. Otras veces porque nuestros propios valores (¡ojo! hazte esta pregunta: ¿son tus valores? ¿o tu ego?) nos empujan a ser más perfeccionistas, querer llegar más lejos, ser mejores, aspirar a más…
En los dos casos, nos impulsa el miedo: miedo a no encajar, al rechazo, a fracasar, a decepcionar, miedo a no sentirnos bien, miedo al dolor, miedo a la soledad, miedo a que tu vida no sea lo que te habías imaginado… Y todos sabemos que “el miedo es el camino al lado oscuro” 😉
Respira hondo, porque, voy a decirte algo importante: la imagen ideal de tu cabeza no existe. NO ES REAL. Es una ilusión. Una fantasía.
Pero tengo una buena noticia, algo mucho, muchísimo más importante: ¡¡la realidad es increíble!!
Muchas veces nos quedamos totalmente atascados en las cosas que no tenemos, en cómo nos gustaría que fuera nuestra vida, o las personas que nos rodeas; nos quedamos soñando despiertos, o nos enfadamos porque las cosas no son como habíamos soñado. Y mientras tanto, nos estamos perdiendo el ahora, no apreciando las cosas que sí tenemos, no viendo cómo de lejos hemos llegado, o lo maravillosa que es esa persona, aunque sea diferente a como creías.
Volviendo al principio y a la conclusión: el sufrimiento está causado por el apego al deseo. Lo que nos hace sufrir no es desear cosas mejores, querer que las personas cambien, ser felices o un futuro mejor, si no el aferrarnos a la idea fija sobre esas cosas que tenemos en la cabeza. Por eso, el sufrimiento es opcional.
Puedes elegir poner lo mejor de ti y aceptar que en ocasiones no lo lograrás y aprender de tus errores; puedes aceptar que nadie es perfecto y ver y potenciar las cosas buenas de cada uno.
Mi experiencia
Ha pasado bastante tiempo desde que comencé esta serie de artículos. La vida ha sido bastante intensa estos últimos meses, y el tiempo para reflexionar y escribir, escaso. Comencé a escribir estos artículos porque “estaba perdiendo el Zen”.
En este proceso me he dado cuenta de que muy a menudo me sentía enfadada, insatisfecha, descontenta o frustrada. ¡Y a veces ni me daba cuenta! Hasta que alguien me dijo que no entendía porqué me sentía así, cuando estaba viviendo mis sueños, cuando estaba haciendo todo lo que quería en la vida… ¡Y era verdad! Estaba tan centrada en las pequeñas cosas que no eran exactamente como yo quería, o en los pequeños obstáculos con los que me encontraba, que no era capaz de ver todo lo que sí había conseguido, todas las cosas maravillosas que había creado y que me habían ocurrido, todas las personas increíbles que me rodeaban.
A veces no nos damos cuenta de que las cosas que tenemos en la cabeza son eso, ideales, fantasías, y necesitamos que algo pase para darnos cuenta, o que otra persona nos llame la atención sobre ello. Darse cuenta es el primer paso para abandonar las expectativas, y para poder vivir más en el presente.
Una propuesta
Cada vez que sientas frustración, o rabia, o desilusión, o decepción, o estrés o descontento, escríbelo. Escribe qué era lo que sentías y sobre qué tema / situación / persona lo sentías. Dedica un momento a pensar cuál era la fantasía, la expectativa, el ideal. Intenta deshacerte de ellas (puedes usar la metáfora de tirarlas por la borda, tirarlas a la basura, o lanzarlas al aire… cualquier cosa que para ti funcione). Vuelve a observar la situación sin compararla con la fantasía: ¿qué te parece ahora?
¿Qué te ha parecido? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios!
Sandra Jiménez
Terapeuta de Shiatsu Zen
Soy una ingeniera informática que un día decidió dejar su trabajo para dedicarse de pleno a su pasión: el Shiatsu, la Medicina Tradicional China, la salud y el bienestar. Desde entonces he trabajado y colaborado con varios centros de terapias naturales como terapeuta de Shiatsu y masajista.
En 2011 lancé AMALUR ZEN como un blog sobre Shiatsu y salud y en 2013 abrí el centro de terapias AMALUR ZEN ~ Bienestar Integral, donde comparto el espacio con un equipo multidisciplinar de terapeutas. ¿Quieres conocer mi historia?
Te agradezco nuevamente. Este post me ha he ho llorar al darme cuenta lo exigente y poco amorosa que soy conmigo por no valorar todo lo que logrado hasta ahora por estar prestando demasiada atención a lo que no tengo. Namasté querida.