Los 10 principios del Tai Chi (y el shiatsu)

por | domingo, 17 abril 2011 | 1 Comentario

En las últimas semanas hemos estado recordando en clase de Tai Chi cuáles son los principios fundamentales de este arte marcial milenario. Aunque existen diferentes estilos o escuelas de Tai Chi Chuan (太极拳, tàijíquán), algunas tan diferentes entre sí que cuesta creer que tengan un origen común, todos comparten una serie de principios básicos para trabajar correctamete y preservar el Qi o «energía vital». Estos principios fueron transmitidos oralmente por Yang Cheng Fu (楊澄甫) y registradas por su alumno Chen Wei Ming en el libro «Taijiquan shu» («El arte del Tai Chi Chuan») publicado en 1925.

Yang Cheng Fu, nieto del creador del estilo Yang, Yang Lu Chan, fue uno de los mayores difusores del Tai Chi Chuan. Además de introducir modificaciones en las técnicas para hacerlas más accesibles, potenciando el aspecto terapéutico por encima del marcial, hizo hincapié en estos diez principios como referencia para la práctica correcta del Tai Chi.

Yang Cheng Fu

Los 10 principios del Tai Chi Chuan

1. «La energía debe estar en la parte superior de la cabeza y debería ser suave y sensitiva»

Significa que la cabeza debe estar erguida y sin ladearse, con el cuello recto pero relajado como si se estuviese colgando de un hilo invisible, así el Shen  (神, espíritu, alma o mente) alcanza su punto más elevado. No se debe usar la fuerza muscular, pues si se usa la espalda y la nuca quedan rígidas y la sangre y el Qi (氣, energía) no circulan correctamente. La boca debe estar en posición natural sin apretar y con la lengua tocando el paladar. Igualmente los músculos de la cara deben estar relajados. Debe existir una sensación de suavidad y naturalidad. Sin esta suavidad y sensibilidad el Qi, la energía, no llegará a la parte superior de la cabeza, y por lo tanto el Shen no alcanzará esta parte.

2. «Descender el pecho y elevar la espalda»

Significa que el pecho debe estar suavemente relajado permitiendo que el Qi descienda al Tan-T’ien o Dan-Tian (el Hara en japonés, la zona pélvica o nuestro centro de gravedad). Se debe evitar expandir el pecho para que el Qi no se acumule en el, desplazándose así el peso a la parte superior del cuerpo con la consecuente perdida de enraizamiento. También hay que evitar inclinarse doblando la cintura por el mismo motivo. Si se relaja el pecho, entonces la espalda se eleva de forma natural y el Qi se adhiere a la columna, proyectando la fuerza desde el eje espinal.

3. «Relajar la cadera»

La cadera (o cintura) es el punto central del cuerpo y lo gobierna. Si la cadera está relajada, entonces las piernas tienen fuerza y los pies potencia. La posición será estable. Cambiar el lleno por el vacío vendrá de la rotación de la cadera. Por consiguiente se dice que la cadera es una de las áreas más vitales. Si el movimiento no posee energía, tenemos que buscar la causa en la cadera. Para relajar la cadera y la cintura se debe prestar atención al coxis, que ha de estar recto. Se debe evitar inclinar la columna, doblar el cuello y sobresalir el coxis para no perder el centro de gravedad. Es una de las áreas más vitales y fuente de la energía vital.

4. «Distinguir entre lleno “Shi” y vacío “”»

Distinguir entre lo lleno y lo vacío es el primer principio del Tai Chi Chuan. La teoría del Yin-Yang aparece aquí una vez más. Si el peso de todo el cuerpo permanece en la pierna derecha, entonces la pierna derecha esta llena y la izquierda vacía. De otra manera se producirá el error del doble peso. Solamente después de distinguir entre lleno y vacío se podrá girar en los movimientos de forma suave, ágil y sin esfuerzo. Si no se hace esta distinción los pasos serán pesados y las posturas incómodas e inestables, perdiéndose fácilmente el equilibrio y la armonía en los movimientos.

5. «Descender los hombros y dejar caer los codos»

Significa que hay que relajar los hombros y todas las articulaciones de los brazos, dejándolas caer naturalmente a ambos lados del tronco. Si no están relajados, los hombros se levantan y el Qi se eleva con ellos dejando todo el cuerpo sin fuerza. No debe emplearse fuerza muscular desde los hombros. Dejar caer los codos significa que los codos estarán relajados, apuntando hacia abajo pero sin estar pegados al cuerpo o muy separados. Si los codos están levantados entonces los hombros no pueden hundirse.

6. «Usar la energía y no la fuerza»

Significa que se debe depender exclusivamente de la mente-intención Yi (意) y no de la fuerza física. En la práctica del Tai Chi todo el cuerpo debe estar relajado. Si se es capaz de eliminar la más mínima sensación de tensión o de pesadez, entonces se desbloquearán los nervios, tendones, vasos sanguíneos, y huesos, consiguiendo entonces libertad de movimiento y estos serán suaves, ligeros, ágiles, circulares y espontáneos. Según la teoría de la medicina tradicional china, los meridianos del cuerpo son como vías de agua y cuando estas vías de agua están bien abiertas entonces es cuando el Qi (energía vital) corre libremente por ellas. Si las tensiones bloquean los meridianos, habrá obstrucciones del Qi y la sangre y los movimientos ya no serán ágiles. La mente-intención Yi (que es parte del Shen) es la que debe dirigir los movimientos y para ello debe mantenerse en calma. Si se utiliza Yi en vez de la fuerza, donde vaya la mente también el Qi la seguirá, consiguiéndose así la autentica fuerza vital. Se dice en el «Tratado del Tai Chi Chuan» que «sólo de la máxima suavidad viene la máxima dureza«. Los brazos de aquellos que han practicado Tai Chi Chuan son como hierro oculto en algodón y son extremadamente pesados.

7. «Unidad de la parte superior y la parte inferior»

Es lo que en el «Tratado de Tai Chi Chuan» significa «la raíz está en los pies, distribuida a través de las piernas, controlada por la cadera y expresada en las manos«. Desde los pies a las piernas y a la cadera debe circular el Qi de forma continua. Cuando las manos, cadera y pies se mueven conjuntamente, el espíritu Shen en los ojos, se mueve con ellos. Es entonces cuando hay unidad de la parte inferior y la parte superior del cuerpo. Si falla alguna parte se perderá la armonía de los movimientos, es necesario una unidad perfecta.

8. «La unidad de lo interno y lo externo»

Lo que el Tai Chi Chuan entrena y ejercita es el espíritu o Shen. Por lo tanto, se dice: «el espíritu emprende la acción y el cuerpo la realiza«. Si elevamos el Shen, entonces nuestros movimientos serán naturales y suaves, y se pondrá en movimiento el Qi. Cuando lo interno y lo externo se unifican en un solo Qi, entonces no hay interrupción en parte alguna y cuerpo y mente están unificados.

9. «Continuidad sin interrupción»

La fuerza se consume antes de aparecer la nueva. En Tai Chi Chuan se usa la mente (Yi) y no la fuerza. Desde el principio al final no hay interrupciones y los movimientos se enlazan unos con otros de forma natural. Todo es completo, continuo, circular e interminable. Esto expresa la idea de continuidad en un sólo Qi, «como un gran río fluyendo sin fin«.

10. «Buscar la quietud en el movimiento»

El Tai Chi Chuan usa la quietud o calma para responder al movimiento. Incluso cuando se está en movimiento se permanece en calma. Al practicar las posturas es mejor encadenarlas lo más lentamente posible. Cuando se ralentiza el movimiento, entonces la respiración es más lenta, larga y natural, el Qi puede elevarse desde el Tan-T’ien y el pulso nunca esta acelerado.

… y el shiatsu

Al volver a repasar estos principios básicos del Tai Chi, me di cuenta de que podían aplicarse perfectamente al Shiatsu, pues en definitiva estamos trabajando con la misma energía, el mismo Qi.

Respecto a la postura corporal, al practicar Shiatsu es vital trabajar desde el Hara (o el Tan T’ien), manteniendo los hombros, los codos y las muñecas relajados y «caídos». El pecho no debe estar alzado, sino ligeramente hundido, pero sin estar doblados, permitiendo que el Qi fluya suavemente desde nuestro Hara. Para ello la cadera debe ser nuestra base, el origen de nuestros movimientos, y permanecer relajada para poder dar un movimiento fluido y estable. La cabeza ha de estar despejada, permitiendo que el Shen, la Mente, pueda estar libre y sensitiva a la energía (Principios 1, 2, 3 y 5).

Los aspectos de lleno y vacío (una forma de dualidad Yin-Yang) pueden equipararse a los conceptos de Kyo y Jitsu, o a la mano madre y la mano que trabaja (Principio 4). Al igual que en el Tai Chi, en Shiatsu hemos de buscar usar la energía y no la fuerza, buscando la penetración del Qi y no la presión física con los dedos (Principio 6).

En cuanto a la coordinación de movimientos, tanto al realizar una forma de Tai Chi como al practicar Shiatsu, buscamos la continuidad del movimiento. En una sesión de Shiatsu debemos transmitir la sensación movimientos fluidos, pasando de una técnica a la siguiente sin interrupción, es decir, de continuidad. Por supuesto, dentro de esta continuidad, incluimos los necesarios momentos de pausa y escucha, importantes para asimilar e integrar el trabajo. A pesar del movimiento (y en ocasiones, de posturas incómodas), también en Shiatsu es importante mantener la calma y la quietud internas (Principios 9 y 10).

Finalmente, al igual que con el Tai Chi, en Shiatsu buscamos armonizar la mente, cuerpo y espíritu, uniendo lo interno y lo externo, lo inferior con lo superior, tratando todo el cuerpo en su conjunto (Principios 7 y 8).


Fuente de los 10 principios del Tai Chi:
http://www.eltaichixinyi.com

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Sandra Jiménez

Sandra Jiménez

Terapeuta de Shiatsu Zen

Soy una ingeniera informática que un día decidió dejar su trabajo para dedicarse de pleno a su pasión: el Shiatsu, la Medicina Tradicional China, la salud y el bienestar. Desde entonces he trabajado y colaborado con varios centros de terapias naturales como terapeuta de Shiatsu y masajista.

En 2011 lancé AMALUR ZEN como  un blog sobre Shiatsu y salud y en 2013 abrí el centro de terapias  AMALUR ZEN ~ Bienestar Integral,  donde comparto el espacio con un equipo multidisciplinar de terapeutas.  ¿Quieres conocer mi historia?