El Ki de las Nueve Estrellas – Parte 2

por | miércoles, 30 marzo 2011 | 12 Comentarios

(Parte 1)

Cada estructura física emana su propio campo de energía o patrón energético único. Esto, que era conocido desde tiempos inmemorables por los sabios de la antigüedad, quedó corroborado a comienzos del siglo XX gracias a la física cuántica. Albert Einstein demostró en 1905 que materia (Yin) y energía (Yang) son dos estados de una misma cosa, que pueden transformarse el uno en el otro, y que se rigen acorde a la famosa fórmula E=mc2. Louis de Broglie propuso en 1925 que cada partícula material tiene una longitud de onda asociada, inversamente proporcional a su masa, y dada por su velocidad. Es decir, que sólo por tener masa y estar en movimiento, emitimos ondas de energía. Erwin Schrödinger con su ecuación y su gato, Wermer Heisenberg con su principio de incertidumbre… Todos ellos, padres de la física cuántica, demostraron principios universales que habían sido intuidos y utilizados desde hacía milenios por los maestros del Feng Shui, la medicina tradicional china, las artes marciales o las escuelas taoístas, entre otras muchas culturas. (Yo me pregunto… ¿cuántas otras cosas tachadas de supersticiones por la ciencia, son en realidad verdades universales que la ciencia no es capaz aún de demostrar?).

El Ki de las Nueve Estrellas, considera que, al igual que la materia, cada periodo de tiempo tiene también su propio patrón energético. Y, del mismo modo que estamos sujetos a la dinámica de las energías de las formas y estructuras físicas que nos rodean (la ciudad, la casa donde vivimos, el lugar donde trabajamos, los ríos, montañas, mares o fábricas de nuestro entorno), también nos encontramos en constante interacción con las características energéticas de los tiempos en que vivimos. De forma muy simplificada, podríamos decir que al igual que en verano nos afecta el calor y en invierno el frío, también nos vemos afectados por ondas y energías más sutiles que se corresponden con el día, el mes, el año o el siglo en el que vivimos.

Así, aunque disponemos del libre albedrío para decidir nuestra ocupación, nuestras relaciones, nuestra forma de vida, y en definitiva, nuestro futuro, también somos producto de nuestro entorno. En el nivel más material, esto significa que estamos profundamente influenciados por la calidad de nuestra vivienda, nuestro lugar de trabajo, nuestro vecindario o nuestra cultura. Y de forma similar, nos afecta el ritmo de nuestro corazón, nuestros patrones de sueño o el fluir de las estaciones.

El Feng Shui estudia las relaciones energéticas con el entorno, con nuestra posición en el espacio, buscando la armonía en la composición de los espacios y estructuras físicas. El Ki de las Nueve Estrellas (Kyu Sei Ki en Japonés) estudia las relaciones energéticas con el tiempo y nuestra posición en él, buscando la armonía dentro del marco temporal y las condiciones y eventos que influyen nuestras vidas. El Feng Shui y el Ki de las Nueve estrellas son dos caras de la misma moneda, con un origen común.

Volviendo a la parte práctica, en la primera parte vimos el Ki de las Nueve Estrellas utiliza tres números personales para definir la personalidad y las relaciones con las personas: la Esencia, el Ascendente y la Tendencia.

Para el número de Esencia, calculado a partir del año de nacimiento (Ej: 1983 -> 1+9+8+3 = 21 -> 2+1 = 3; 11 – 3 = 8, donde 11 es una constante), se ha de tener en cuenta que con este sistema el año nuevo no comienza el 1 de Enero, si no que sigue el año nuevo chino, de acuerdo a un calendario lunisolar donde el año comienza la segunda luna nueva después del solsticio de invierno, entre mediados de enero y mediados de febrero. A efectos prácticos, en el Ki de las Nueve Estrellas se considera que el año comienza el 4 de Febrero. Así que, si naciste antes del 4 de Febrero, tendrás que calcular tu número de Esencia como el año anterior. En cualquier caso, los nacidos entre el 14 de Enero y el 26 de Febrero, estarán influenciados por la energía Ki de los dos años. Puedes preguntarle a Google cuándo fue el año nuevo chino aquel año, o simplemente utilizar la regla del 4 de Febrero.

El número Ki secundario, Ascendente o número emocional, se calcula con el mes de nacimiento, acorde con la siguiente tabla. Primero se ha de buscar la fila correspondiente al mes de nacimiento, y después la columna correspondiente al número de Esencia:

Mes de nacimiento Esencia: 1 – 4 – 7 Esencia: 3 – 6 – 9 Esencia: 5 – 2 – 8
4/2 – 5/3 8 5 2
6/3 – 5/4 7 4 1
6/4 – 5/5 6 3 9
6/5 – 5/6 5 2 8
6/6 – 7/7 4 1 7
8/7 – 7/8 3 9 6
8/8 – 7/9 2 8 5
8/9 – 8/10 1 7 4
9/10 – 7/11 9 6 3
8/11 – 7/12 8 5 2
8/12 – 5/1 7 4 1
6/1 – 3/2 6 3 9

El cálculo del número de la Tendencia es un pelín más complicado. No es exactamente en función de la fecha de nacimiento, si no una derivación de los dos números anteriores. Para  poder calcular la tendencia tenemos que regresar a los orígenes, al cuadrado mágico Lo Shu.

Lo Shu

El Lo Shu sitúa el número 5 en el centro, tal y como apareció, según la leyenda, en el caparazón de la tortuga gigante, y como se representa en el mapa Ba Gua. En el Ki de las Nueve Estrellas, al aplicar parámetros temporales, se contempla el desplazamiento de las diferentes casas en nueve movimientos cíclicos, que se reflejan en el cuadrado mágico de forma secuencial. Los mapas resultantes de estos desplazamientos se utilizan para obtener información e incluso para hacer predicciones. Entonces, para conocer el número de la Tendencia, primero hay que calcular el mapa Ki que representa la secuencia de tu número de mes o Ascendente, colocando este número en el centro de la cuadrícula. Para completar los números del resto de casas, se calcula la diferencia entre 5 (el número central en el mapa Lo Shu original) y tu Ascendente (que ocupa ahora la casa central). El número resultante se utiliza para calcular la casa que ocupan el resto de números, y así se completa el cuadrado. Finalmente, comprueba en qué casa (o cuadrícula) se encuentra ubicado tu número Ki anual, o Esencia. El lugar donde se encuentra este número es la casa de Tendencia.

Parece más complicado de lo que realmente es. Veamos un ejemplo:

Cálculos de Esencia, Tendencia y Ascendente

Si tu ascendente es menor que 5, al hacer la resta te saldrá un número positivo. Así, al calcular la casa para cada número en el mapa, en vez de restar, habrás de sumar.

Este sistema para calcular la Tendencia también sirve para calcular el año astrológico actual. Calculamos el número del año actual como la Esencia (en 2011 estamos en un año Metal 7), y lo colocamos en el centro del cuadrado Lo Shu. Calculamos las posiciones del resto de números igual que hicimos para calcular la Tendencia (restamos 5 -7…). Así, cada número se ve influenciado por la energía de la casa en la que se encuentra.

 


¡Suficientes matemáticas por hoy! Dejo para el próximo artículo del Ki de las Nueve Estrellas la «familia cósmica» y a los arquetipos de personalidad de los diferentes números y elementos.

Si te gustaría saber más sobre el Ki de las Nueve estrellas, en la web de 9 Star Ki encontrarás muchísima información (en inglés).

Nota: el género no es importante, los cálculos se hacen igual para mujeres y hombres. Algunas escuelas de Feng Shui tienen cálculos distintos acorde al sexo, siguiendo la idea de que lo masculino es Yang y se mueve hacia delante, y que lo femenino es Yin y se mueve hacia atrás. En el sistema japonés del Ki de las Nueve Estrellas, se considera que todas las personas contenemos tanto Yin como Yang dentro de nosotros, y que como seres humanos  siempre nos movemos hacia delante.

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Sandra Jiménez

Sandra Jiménez

Terapeuta de Shiatsu Zen

Soy una ingeniera informática que un día decidió dejar su trabajo para dedicarse de pleno a su pasión: el Shiatsu, la Medicina Tradicional China, la salud y el bienestar. Desde entonces he trabajado y colaborado con varios centros de terapias naturales como terapeuta de Shiatsu y masajista.

En 2011 lancé AMALUR ZEN como  un blog sobre Shiatsu y salud y en 2013 abrí el centro de terapias  AMALUR ZEN ~ Bienestar Integral,  donde comparto el espacio con un equipo multidisciplinar de terapeutas.  ¿Quieres conocer mi historia?